29 de octubre de 2025
Productores de Traslasierra adoptan el riego por goteo subterráneo para la papa.

Estudios realizados por el INTA Villa Dolores muestran los beneficios de incorporar esta tecnología, en relación al sistema tradicional de riego por surcos que se utiliza en la zona.
En una hectárea, se puede regar tres veces más. Con una combinación de menores precipitaciones, alta demanda del cultivo y eficiencia limitada de los métodos tradicionales de riego, la papa producida en el valle de Traslasierra (Córdoba), enfrenta un escenario creciente de limitaciones hídricas.
El INTA Villa Dolores investigó nuevas alternativas productivas, y una de ellas fue el riego por goteo subterráneo, que ya comenzó a probarse en campos de productores de la zona. El riego es un factor clave en nuestra región, afirmó Silvana Walter, jefa de la Agencia de Extensión Rural del INTA Villa Dolores.
Algunos productores que desarrollan sus explotaciones en un radio de 40 kilómetros alrededor de Villa Dolores, en localidades como Los Cerillos y San José, comenzaron a instalar sistemas de riego con esta tecnología.
El INTA destacó que estas experiencias permitieron evaluar, junto a los profesionales del Instituto, los costos de la implementación del sistema, prácticas de manejo y alternativas para mejorar la eficiencia, entre otros aspectos.
LA PAPA Y EL RIEGO EN TRASLASIERRA.
En la zona se realizan dos ciclos productivos al año: el tardío, que se siembra en febrero y se cosecha en invierno, y el semitemprano, que comienza entre julio y agosto, con cosecha en noviembre y diciembre. La demanda hídrica varía según el momento, pero oscila entre 500 y 800 milímetros durante ciclos que duran aproximadamente 100 días. Hasta ahora se utilizan dos sistemas de riego: por gravedad, con agua del dique La Viña mediante el sistema de riego por surcos, o a través de sistemas de pivote con agua subterránea.
Pero en las últimas campañas la escasez de lluvias redujo la disponibilidad del recurso. Sin embargo, más allá de las precipitaciones, también genera preocupación la baja eficiencia de los sistemas tradicionales. Según mediciones del INTA, del Consorcio de Usuarios de Riego Río de los Sauces y la Escuela Laboratorio Móvil de Irrigación del Programa de Servicios Agrícolas Provinciales (PROSAP), el riego por surcos apenas alcanza el 40% de eficiencia en el uso del agua.
Este conjunto de factores motivó la búsqueda de tecnologías adaptadas a las condiciones locales, capaces de mejorar la eficiencia y operar en lotes donde no es viable instalar un pivote. Los técnicos evaluaron el comportamiento del agua en profundidad: a diferencia de zonas donde esta tecnología ya está instalada, como el centro de Córdoba, en Traslasierra era necesario confirmar si el agua sube por capilaridad desde los goteros enterrados hacia el sistema radical de la papa. Además del requerimiento de agua, la papa se diferencia de otros cultivos extensivos por sus particularidades agronómicas.
No se hace en siembra directa, sino que requiere un laboreo previo del suelo, además de la profundidad a la cual se coloca el tubérculo semilla, que es de unos 15 a 18 centímetros. La cosecha también es mecánica y se realiza con una herramienta llamada “peludo o arrancador”, que invierte el pan de tierra para facilitar la recolección.
Por eso, un interrogante clave era si el sistema de riego por goteo enterrado podría interferir con la maquinaria o dañarse con las labores. Las primeras pruebas indican que no hay inconvenientes. En esta última experiencia, los laterales de riego se colocaron entre 35 y 40 centímetros y el tubérculo se desarrolla por encima, o sea que suponemos que no se van a ver afectados los laterales de riego.
FERTIRRIEGO EN LA PAPA.
Además de aumentar la eficiencia en el uso del agua, el sistema permite integrar fertilización con riego, lo que abre una nueva puerta al manejo de precisión. El fertirriego es mucho más eficiente que aplicar el fertilizante al suelo, y permite aplicar la cantidad de unidades que el cultivo requiere.
Otro beneficio es la posibilidad de ajustar el riego a la demanda del cultivo. En el sistema tradicional, los productores deben coordinar con el consorcio para recibir el agua, lo que muchas veces implica demoras o aplicaciones superiores a las necesarias. En cambio, con el sistema de goteo subterráneo, es posible regular la frecuencia y cantidad de agua aplicada en función de las necesidades del cultivo y las condiciones climáticas.
Más allá de estos beneficios, la implementación del sistema demanda una inversión inicial significativa. En el lote donde trabajamos se impermeabilizó una represa con geomembrana y se instaló todo el sistema de bombeo, filtrado y distribución. Destacó que se trata de una tecnología con una vida útil estimada de 12 a 15 años. Por eso, desde el INTA se indicó qntue debe pensarse como una inversión a largo plazo, especialmente en contextos de escasez hídrica.
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