5 de mayo de 2025
El mundo pide más

Las exportaciones de carne vacuna mantienen una marcha firme a nivel mundial, superando récords recientes y con precios que no dejan de escalar, mientras nuevos destinos emergen con fuerza ante la merma china.
El comercio internacional de carne vacuna continúa exhibiendo un dinamismo pocas veces visto. Según las proyecciones más recientes del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (Usda), se espera que en 2025 las ventas externas globales alcancen las 13,065 millones de toneladas, lo que representa un aumento interanual del 1%. Esta cifra confirma que el salto extraordinario de 2024 —cuando el volumen creció en un millón de toneladas— no fue una excepción, sino parte de una tendencia más profunda.
Durante el primer trimestre de este año, países líderes como Brasil y Australia consolidaron su posición en el tablero exportador. El país sudamericano aumentó sus embarques un 11%, mientras que el continente oceánico lo hizo en un 13%, superando ampliamente los niveles que se creían máximos.
En contrapartida, China redujo sus compras un 12% en igual período, aunque esta retracción no ha logrado opacar el empuje de otros destinos que cobran protagonismo. Entre los mercados que incrementaron su demanda se destacan la Unión Europea, Israel, México, Turquía, Libia, Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Egipto, y varias naciones del sudeste asiático como Filipinas, Malasia, Vietnam, Tailandia, Indonesia y Taiwán. Este conjunto de destinos, muchos de ellos en desarrollo o con reciente apertura, está logrando equilibrar —e incluso superar— la caída en las compras del gigante asiático. El mercado global da señales claras de que existe un mundo de oportunidades más allá de Pekín.
Es probable que, de mantenerse esta inercia positiva, las cifras anticipadas por el Usda para 2025 resulten conservadoras y deban ser revisadas al alza, como ya ocurrió en el año anterior.
En términos de precios, el valor promedio de los productos cárnicos en los distintos mercados internacionales se ubica actualmente entre un 12% y un 15% por encima del registrado un año atrás, pese a la depreciación de varias monedas de países compradores. En el caso de Brasil, principal exportador y referente en la formación de precios, los frigoríficos ya cotizan el cuarto delantero del novillo —con destino a China— a U$S 6.200 por tonelada FOB, cuando hace apenas un año rondaba los U$S 4.200.
En el mercado estadounidense, donde los precios del ganado y la carne alcanzan máximos históricos, los futuros ganaderos empiezan a mostrar señales de retroceso en sus posiciones más largas. Este comportamiento sugiere que, en algún punto, podría haber un ajuste de valores. Algunos analistas sostienen que esta bonanza no será eterna y que, ante un escenario económico global más complejo, el consumidor podría empezar a poner límites a esta escalada.
No obstante, hay quienes afirman que estos niveles llegaron para quedarse. Argumentan que el faltante de hacienda previsto para el segundo semestre será un factor determinante que sostendrá valores elevados, incluso en Estados Unidos, donde la necesidad de importación es ineludible.
El caso de la Unión Europea merece especial atención. Tradicional mercado premium para la carne argentina, allí los precios mayoristas treparon más del 45% en lo que va del año. Con el euro fortalecido, el kilo en gancho supera los U$S 8,40. En este contexto, el reconocido corte argentino R&L Hilton —de primera marca— ha alcanzado cotizaciones récord de hasta U$S 18.000 por tonelada.
El panorama es claro: la demanda global se diversifica, los valores se afirman, y el negocio de la carne continúa demostrando una musculatura que parece lejos de agotarse.
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